No me es posible en este momento escribir una semblanza siquiera medianamente coherente y útil acerca de este director de cine, lo haré luego, en la semana. Sólo quisiera dejar el testimonio -el día de la muerte de este maestro- del enorme cariño y gratitud que le profeso.
Sin duda es posible vivir sin artistas, como es posible vivir sin ropas, o sin comer, o sin dormir. Sólo que uno se moriria antes, y la vida sería no sólo muy breve sino enteramente insoportable.
Y mucho más sin artistas que sin comida ni bebida.
Valencia, 30 de julio de 2007
Ese día, antes de las 10 de la mañana (hora en que la prensa mundial comenzó a anunciarlo) falleció Bergman en su casa de la isla de Fårö, con 89 años cumplidos hacía pocos días.
Primera tumba de Bergman en la iglesia de Fårö
foto de 2007 por Swagato Sarkar
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