«¿Sabes qué les pasó a Frost y Alma? es una historia muy triste...»
Bueno, sí, claro que es triste, yo la llamé "una historia muy muy triste", pero también se podría llamar "La pasión de Frost", o "la vía dolorosa de Frost", según a qué aspecto de la historia atendemos más.
Son 10 minutos casi al comienzo de «Gycklarnas afton» ("Noche de circo"), película de 1953. Esta historia la cuenta uno de los miembros del circo a otro (al dueño), mientras viajan hasta la ciudad donde van a representar, es decir, que la cuenta en plan puramente anecdótico, sin darle mayor importancia. Trata sobre Frost y Alma, uno de los payasos del circo y su esposa, buena mujer pero bastante tonta, por cierto.
Veamos la escena, para luego comentar
Este relato, esta "historia muy triste", creo que logra contar algo particular -un payaso y su señora, nada más alejado de la experiencia de todo el resto- pero a la vez dejar al descubierto algo que todos por igual hemos experimentado, y que es lo que en el fondo nos hace respirar, nos da respiro de cuando en cuando frente a la opresión general de esta vida: ocurre -en la experiencia particular de cada uno- que alguien llega a experimentar un amor sin motivo ni fundamento, amor por nada; y en esa gratuidad a la vez sentir que se da y se recibe, en una posibilidad de intercambio que sin embargo no se fundamenta en nada previo: como Alma sale en defensa de su esposo, que sin embargo su dolor no es otro sino defenderla a ella, defenderla de sí misma, defenderla de la suciedad de las miradas que no aman sino que se limitan a ver el espectáculo.
Por supuesto, hay algunos elementos que hacen pensar de manera muy inmediata en la Pasión, pero sin embargo, son pocos: las caídas, la desnudez, el hecho mismo de que fuera ayudado por aquella a la que estaba salvando, la procesión de los que los siguen, entre burlones y arrepentidos... no mucho más. Sólo con esos pocos elementos se nos cuenta una historia que es a la vez la de la Pasión, y la de una pasión en particular, irrepetible e igual a la de todos.
En la Pasión se nos cuenta cómo puede un Dios humanado rescatar al amor de su vida: el ser humano. esta historia cuenta lo mismo, pero desplazado: es un "amor de su vida", tan absurdo e inmotivado como el otro, como el de Dios; o dicho en terminos teológicos: tan gratuito como el de Dios; pero ya no es un Dios humanado el que salva, sino un ser humano que por el amor se vuelve capaz de salvar a otro ser humano.
De salvarlo de sí mismo, claro está, ¿de qué si no?
Además tiene que ver con la historia que se cuenta en toda la obra: esta especie de parábola de la redención por el amor viene a contarse al inicio de una película donde se trata precisamente de gente que no sabe que debería ante todo amar y luego intentar salvarse, y no al revés; todos -a lo largo de la película- lo que buscan es salvarse de... del peligro, del futuro, del aburrimiento, etc. y para eso quieren comprar y vender amor, ¡cuando de lo que se trataba era de amar!
De eso venía a hablar, hacia adentro de la obra, esta Pasión de Frost, que sin embargo se deja ver perfectamente fuera de su contexto narrativo original.
Es de notar el uso de los sonidos, los ruidos y los silencios... ¡impresionante el silencio cuando Frost se mete al agua, verdad? yo creo que en ese momento Bergman logra que se paralice todo, desde la imagen hasta la respiración del espectador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario